Navarro ha metido canastas toda su vida y con 31 años se sigue superando para dejar el listón muy alto en su club de siempre. Hoy hace catorce años de su debut
Tan solo tenía 17 años, pero en el día de su debut con el Barça, Juan Carlos Navarro no se permitió el lujo de hacer un partido mediocre. Llegó a las dos cifras de anotación con 10 puntos redondos, estrenándose entre los grandes... A lo grande.
'La Bomba' Navarro, apodado así por la facilidad que tenía de hacer estallar los partidos cuando le venía la inspiración anotadora, era capaz de revolucionar y darle la vuelta a cualquier encuentro. Se inició en el baloncesto de la mano de sus hermanos mayores, y contra ellos ideó el lanzamiento que hoy en día es conocido como 'la bomba', recurso que perfeccionó para superar a oponentes más altos que él.
UN INICIO BRILLANTE
La leyenda de Navarro empieza en edad juvenil. Pieza fundamental de la mejor generación de jóvenes jugadores españoles de la historia, logró el oro dos años consecutivos, en el Eurobasket y en el Mundial junior. Aquello le colocó de lleno en la primera plantilla del FC Barcelona, con 19 años, y pocos meses después también formaba parte de la selección española absoluta. Su primera gran gesta, en el Eurobasket de 2001, supuso ganar la medalla de bronce al anotar 27 puntos frente a la Alemania de Dirk Nowitzki, estrella del vigente campeón de la NBA.
Al año siguiente, el escolta de Sant Feliu ya pudo haber recalado en la mejor liga de baloncesto del mundo, pero los caprichosos azares de la vida quisieron que una lesión le apartase temporalmente de ese sueño. El destino le tenía deparado un papel como protagonista en casa, y en la temporada 2002/03 logró el triplete con el Barça. Era el principio de una sucesión de éxitos imparable, que alcanzó su máximo exponente con el Mundial de 2006 en Japón. Navarro anotó 20 puntos en la final.
Asiduo a las grandes citas, 'La Bomba' dinamitó los europeos de 2003 (plata), 2005 (con 35 y 36 puntos en dos partidos) y 2007 (plata). Dichos éxitos le llevaron a retomar la decisión de cruzar el charco. Navarro renunció a dinero y a estar cerca de su gente para medirse a los mejores jugadores del mundo, haciendo gala de su incontestable instinto competitivo. Una vez demostró estar perfectamente capacitado para ello, 'algo' se volvió a entrometer entre Navarro y la NBA. El escolta catalán decidía volver y se convertía en el jugador mejor pagado de la historia de la ACB.
BALONCESTO ANTES QUE NADA
Pero, si algo ha quedado claro viendo a Navarro durante todos estos años, es que el dinero nunca ha sido su razón de peso para tomar decisiones. Sus ganas de jugar a baloncesto y de anotar puntos siempre han estado por encima. Navarro tiene un extremo carácter ganador. Es de aquellos jugadores que siempre quieren más. Tipo serio e introvertido con los medios fuera de las pistas, en la cancha es el descaro en su máxima expresión. Aunque también en la intimidad es un tipo que lo da todo. Un tipo sencillo, muy amigo de sus amigos y enamorado de su mujer y sus niñas, reconocen amigos suyos.
Poca duda cabe de que su regreso a Barcelona fue una decisión acertada. Navarro contribuyó a crear un Barça casi imbatible, que lo ha ganado absolutamente todo entre 2009 y 2011, inclusive a Los Angeles Lakers de Kobe Bryant y de su buen amigo Pau Gasol, entonces campeones de la NBA. Sin olvidar que trajo la segunda Euroliga a las vitrinas del FC Barcelona, siendo el jugador más valioso de la Final Four.
No obstante, el de Sant Feliu no deja de superarse y en el reciente Eurobasket 2011, en que también ganó el MVP, llegó la que, dicen, es su consagración. El seleccionador, Sergio Scariolo, afirmó que el escolta español era el único jugador con licencia para saltarse los sistemas: "Es un artista del baloncesto y una persona que merece el éxito que tiene. Es el único jugador en mi vida al que he dicho que tiene libertad para tirar cuando se sienta inspirado”. El escolta, que alcanzó unos registros de 26, 35 y 27 puntos en los tres últimos partidos de la competición europea, los decisivos, también se confesó tras el éxito obtenido: “No lo suelo decir pero me sentí impresionante. Jugar los tres últimos partidos a este nivel es algo irrepetible”.
CONSAGRADO ENTRE LOS MÁS GRANDES
Navarro, especializado en hablar en las canchas y no fuera de ellas, reconocía en 'petit comité' estar absorto por la magnitud que estaba teniendo su actuación en el europeo. No acaba de entender que después de tantos años de éxitos, logros y épicas gestas, la gente lo descubra ahora. A un competidor nato como él, incluso le molesta un poco que, por muy bien que lo haga ahora, no se valore merecidamente lo que hizo antes. Pero lo cierto es que Navarro da pasos adelante también lejos de las pistas. A mediados de octubre habló ante todo Sant Feliu, su hogar de siempre, después de recibir la medalla de la ciudad a petición popular. Un discurso hecho con el empeño de un ganador, sin ser amigo de la palabrería, a sabiendas de que ese no es su terreno. Acabó mezclado entre los aplausos y el cariño de una plaza abarrotada.
El 23 de noviembre se cumplen catorce años desde que Juan Carlos Navarro debutó entre los grandes. A estas alturas ya ha superado el mayor récord en triples de la historia azulgrana, así como los 6400 puntos en la ACB. También es el jugador que más veces se ha enfundado la camiseta del Barça. Cuenta 24 títulos en su haber y ya tiene a su alcance dos nuevos registros: ser el mayor triplista en solitario de la historia de la ACB, (lleva 882 triples) y convertirse en el máximo anotador de la Euroliga (solamente le restan 14 puntos para llegar a los 2715).
Como celebración de su decimocuarto aniversario en el primer equipo del Barça, el jugador fue renovado hasta 2015, con toda la intención de que acabe su carrera en el club de su vida.
A sus 31 años, no sabemos cuántas barreras le quedan por romper, pero mientras siga 'enchufando' como lo ha hecho desde su debut, se antoja complicado que no deje un buen puñado más de registros para el recuerdo. A años luz del resto.
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